martes, 26 de diciembre de 2006

Tocala de nuevo, Pancho

Al fiat 128 sabinero y chocado en la culata, ya que
su amargo dueño nunca va a ver esta dedicatoria y mucho
menos considerar este gesto hacia él.



Llegamos (nosotras -el burro adelante-, leo -hermano de louise- y nerina -amiga de muchos años de la misma-) tipo siete para la prueba de sonido. Tarde de domingo, sol, linda temperatura. La banda en el escenario, acordes sin sentido hasta que, de pronto... "Y si amanece por fin". Panchito nos dijo que iba de yapa, y la cantó entera. Espectacular. Después "Pájaros de Portugal", anticipando lo que se venía, y el clima empezaba a vivirse.
Puchos, espera, ansiedad y un agua mineral que Louise compró y hubo que apurar para sacárnosla de encima cuando empezara el recital. Por suerte, a Leo se le cayó en el suelo y, sin querer, la aplastó.
Librados ya de la bendita botella, empezó la introducción valseada de "Y nos dieron las diez", que acompañaba el ingreso de la banda. Luego, Joaquín y "Aves de paso", a full, la bombonera estalló y todo el mundo a saltar. Pido porque me toca (Louise): yo pensaba sentarme en el fondo y fumar sin fin mientras lo escuchara. Pues bien: al fondo fui porque, con mi escasa estatura, la gente me hacía de muralla y no podía respirar. Y los puchos... fueron pocos, porque no podía respirar si saltaba... sumo y sigo.
"Ahora que...", "Mentiras piadosas", "Esta noche contigo-quién me ha robado el mes de abril", "Con la frente marchita (con Baglietto)... y por el medio... "Pájaros de Portugal". ¡Pido otra vez! (perdón), ahí caí en la cuenta... los lectores avezados sabrán de qué. Continuamos.
Leo, vale la descripción. El pibe es amarguito. Ya de grandecito abandonó a Racing para hacerse hincha de Banfield siguiendo, nada menos, que al inimputable de mi ex marido. Se pueden imaginar. Empezó el recital quietito, en medio de la saltarina generalizada. Pero... la emoción crecía (en nosotras... no recuerdo el punto de inflexión... probablemente hayamos empezado en él)... y leo, saltito va, saltito viene... se fue copando. No sabemos en qué momento entró en sintonía, pero a la altura que llevamos descripta... ya estaba: saltaba y fumaba, y había sacado un par de fotos. Ah, cantaba y todo.
Nosotras... estábamos en el recital pero, como muchos de ahí, seguramente, hacíamos catarsis como locas. Thelma hablaba desde antes con su ex: "decí que `piiiiip' está tan pelotudo... si no le pedía un all acces", con el profe (Ruido/Y sin embargo... puf! y eso que no tocó "Pero qué hermosas eran..." ¿No hubiera preferido "otra corbata"?),con el barman ( " Y nos dieron las diez- Tu reinabas detrás de la barra del único bar que vimos abierto"), con el huesito ( " Aves de paso "), y medio ravens ( " Y si amanece por fin")... Louise, con su ex marido (Ruido), con Gastón ("19 días y 500 noches" -aunque tardé nada más que 30 noches-, lo de 19 es metafórico...), con su amigo colorido ("Y nos dieron las diez"/"A la orilla de la chimenea), con Agustín ("Por el boulevard de los sueños rotos"/"Peor para el sol") y con Chicken Little ("Con la frente marchita": mándame una postal de San Telmo... qué antigüedad, si hablo por msn!!! / y "Peor para el sol", claro está, ¡cómo dormiste Chicken!). En el intervalo, Panchito arremetió nuevamente con "Y si amanece por fin...". Y si querés tocarla de nuevo, Pancho, somos todo oídos.
Al regreso del intervalo en que cantó Varona, Joaquín empezó a hablar del tango antes olvidado y ahora rescatado por la cultura argentina; y también del olor a franquismo de las coplas españolas. Se interrumpió súbitamente para recordar: "¡Pero coño! Que esta semana ha ocurrido algo fantástico... se murió Pinochet, carajo!" La bombonera explotó en aplausos, luego la cantarina "hijo de puta". Contó la búsqueda que hizo Juan Gelman de su supuesto nieto (que resultó nieta), y tenía que pasar: ¡el que no salta es militar!. Sabina cerró el comentario diciéndonos que Juan y su Macarena estaban en cada uno de nosotros esa noche.
Entre agradecimientos, poesías y emociones compartidas con Joaquín, se pasaron las horas... La gente era generosa... fuimos fumadores pasivos de porros ajenos. Tanto que Louise, que jamás dio una pitada a la marihuana, estaba dispuesta a fumar cuando vio que Leo enroscaba un papelito. ¡Qué boluda! era un cigarrillo que se le partió y lo iba a fumar sin filtro...
Casi para el final, llegó Fito. Inesperado. La gente estaba tan copada que Leo subió a Louise a sus hombros y saltó y todo con el "bla, bla, bla, bla, bla, bla". ¡Una masa! El éxtasis se alcanzó con "Una canción para la Magdalena" y siguió con "Calle melancolía", "Que se llama Soledad", "Contigo", y otras tantas.
Hay debate sobre cómo terminó. Louise asegura que con "Pastillas para no soñar"; Thelma que con "Noches de boda/y nos dieron las diez", porque "Pastillas..." ya era audio y la banda se estaba despidiendo. Y como somos dos... no hay desempate posible.
El resto... se hacinó el retorno, hicimos cola para sacar el fiat, pero el auto se la re bancó y, regulando mal, llegó a Lomas, y al día siguiente hizo Temperley-Lanús-Banfield. Leo, desde aquí, ponele onda a la vida como el Fiat.


Thelma y Louise.

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